En este tercer capítulo de “mini entrevistas”, charlamos con el director de teatro y audiovisual Ariel Blasco. Por si andás distraído/a, Blasco es el director de la obra “Todo”, que junto con un elenco impecable, conforman la propuesta de este año de la Comedia Municipal de Capital –acá toda la data-. Además es guionista de cine, teatro, televisión y cinéfilo empedernido. Se podría decir muchísimo más de Blasco pero es más divertido leer la mini entrevista. O eso espero…

Foto: Municipalidad de Capital

– ¿Qué hace un “director”? Ya sea de teatro como de cine.
Es la persona encargada de organizar los distintos elementos que hacen a la puesta en escena para tratar de generar los climas, momentos, sensaciones e ideas que considere necesarios para el disfrute del espectador. Dentro de esos elementos están la iluminación, el arte, la escenografía, el vestuario, las actuaciones, también… La persona que ocupe el rol de director debería conocer como nadie el material y tener un punto de vista único sobre el mismo. Una idea sobre cómo llevarlo a cabo.

– ¿Te fuiste metiendo en la dirección teatral sin darte cuenta o hubo un hecho (o un pensamiento) concreto que te empujó a tomar la decisión de dirigir en las tablas?
En mi caso fue por una situación externa y un poco rara. Si bien yo ya estudiaba cine, en un momento el elenco en el que estaba trabajando se quedó sin director y tuvimos que tomar una decisión, o llamábamos a alguien de afuera o uno de nosotros se animaba a dar el paso. Y bueno, yo levanté la mano tímidamente.

Foto: Leandro Fernández

– ¿Qué es lo que te convence cuando elegís una historia para llevar al teatro?
Lo primero que me fijo es si el texto permite juegos o si tiene ciertos procedimientos teatrales que me interesen. Pienso en las ideas de puesta en escena, en cómo se podría resolver tal cosa y en como tal otra. Me fijo también si el universo donde sucede la obra me interesa, o si puedo ubicarla en un universo que me den ganas de trabajar. Llamo universo a si la obra responde a ciertos tópicos de la ciencia ficción o del policial o del terror, por ejemplo. Si la obra tiene esto o permite ese juego, bueno, es un avance importantísimo. Leo mucho teatro y he ido guardando muchísimas ideas de puesta de obras que nunca he montado. Muchas de esas ideas aparecen reconvertidas o adaptadas luego para otros espectáculos.

– ¿Creés que la pandemia cambió en algo al teatro?
Y si, queramos o no, algo cambió. Vivimos en una crisis y el teatro no está ajeno a eso. Es un cambio que se venía viendo desde finales del 2015 para acá y que en todo caso la pandemia profundizó. El teatro (entendido como un grupo de varias personas ensayando durante varios meses un espectáculo) se volvió, comercialmente hablando, impracticable. Dejó de ser medianamente rentable, si es que alguna vez lo fue. Mucha gente, con la necesidad de trabajar se volcó al stand up, a la improvisación y algunos otros formatos más comerciales. Ojo, no cuestiono esto. Obviamente es laburo y la gente tiene que vivir de algo, pero veo que cada vez cuesta más encontrar procesos que permitan el tiempo y la búsqueda.

Foto: Sin Retorno

– Para vos ¿qué tiene de bueno el teatro en Mendoza y qué le falta?
Soy bastante crítico del teatro que se está haciendo acá. Intento ver todo lo que se hace y la verdad que me cuesta encontrar cosas que me entusiasmen. A su vez, también noto que falta como unidad en el ambiente, no siento que haya una comunidad teatral, ponele, que tenga como meta intereses comunes. Cada obra es un mundo aparte, y lo mismo cada elenco. Han habido experiencias recientes (todas pre 2015) donde se notaba una cosa más colaborativa y de comunión entre los elencos o las personas. Eso también puede que sea signo de estos tiempos. A su vez, las instituciones como Cultura o el INT, solo por mencionar dos, están muertas y eso hace que no tengan ninguna política real como para mejorar la actividad. Es una época que me tiene muy triste, la verdad.

 

*Foto de portada: María José Tomatis – *Entrevista: Analía Martin